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Manos, Kiarostami, olivo

Drama 
               de poeta

El tiempo es un enemigo
de la poesía.
Endurece la coraza
de las personas
y cuenta las horas
que los poetas pasan
sin escribir.


Mariano Blatt

el otro día se me ocurrió
que la colectomía parcial
que me hicieron
en abril del año pasado
era la causa
para la ralentización
de mi pensamiento poético


esto fue
por supuesto
un pensamiento desesperado


ocurrió dos meses después
de no haber escrito nada


qué posibilidades había
me preguntaba
de que los últimos
20 centímetros de colon
que me habían cortado
fueran el habitáculo
de las ideas de ciertas correspondencias


y me puse a enumerar algunas:
la textura de la palma de mi mano derecha con la de la izquierda
la acción de juntar mis manos con la acción de rezar
la probabilidad de que mi madre estuviera rezando con aquel instante
el súbito maullido de mi gata Sula
con el hecho de que yo tuviera una gata
la convexidad cristalina de sus ojos
con mi espera de que derramara una lágrima


estuve toda la mañana
pensando este tipo de cosas
mientras
lavaba los platos
barría la sala
buscaba trabajo
y no escribía
una sola palabra


en la tarde
ya me sentía
bastante mal
e incluso le dije
a una amiga
a la que fui a ver
que tal vez
debía dejar la poesía
rematé
diciendo
que debía buscar más dinero
y volví a mi casa
dispuesta a echar a la basura
un librito de conversaciones con Kiarostami
al cual atribuí
el último hilo
que impedía
que yo me entregara
a una vida sin poesía


antes del ritual de finalización
decidí limpiar la arena de Sula
y mientras tamizaba
se me ocurrió otra correspondencia:
la caca de mi gata
con los 20 centímetros de colon
que me habían cortado
en abril del año pasado
tal vez me estoy volviendo escatológica
pensé
y me apuré a lavarme las manos
y hacia la biblioteca
para acabar con las cosas
de una vez por todas


allí estaba
la cara apuesta del iraní
con sus lentes oscuros


aquí acaba todo, Abbas
le dije
iré a mi trabajo que ya tengo
hasta que encuentre otro
con contrato a término indefinido
llegaré por las tardes cansada
iré al gimnasio
cenaré ligero
me acostaré a dormir
no pensaré en tí
y si llegara a pensar en tí
no tendré aspiraciones de parecerme
en nada a ti
nunca más diré
que escribo poesía

 


más me demoré
en todo este drama
que lo que se demoró
en crecer
un olivo gigante
en el centro
de mi casa

©maría argel
acerca de la ilustración
Nicolás Peñuela

Nicolás Peñuela es diseñador gráfico, amante del cine, el cartelismo y los vinilos. Dedicado a explorar la forma y la deformidad de las letras en el lettering y en la escritura ocasional.

 

Experimenta el diseño editorial y la autopublicación con fanzines y actividades de impresión subversiva.

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