
Cuatro notas
de mi diario
1
un cuervo ha volado ya tres veces sobre mi cabeza
grazna cada vez que lo hace
quiere llamar mi atención
yo no pienso que esto signifique que voy a morir
es un vuelo sin significado siniestro
un cuervo que grazna sobre mi cabeza
es solo eso
y nada más
cuando era niña soñé que la muerte era un cuervo en la noche
pero este cuervo es solar
vuela desde el este
y se clava en algún lugar entre los edificios occidentales
cuando me pasa por encima
su estampa solar
me pega en la cara
le da sombra a mis ojos
y así puedo mirar bien sus plumas
con destellos azulados
y entonces el azul estuvo siempre allí
y parece que el graznido insistente tenía que ver con eso
con un color echado a menos
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2
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algo ha prensado mis edades
dos tablas o planicies severas aprietan dentro
todos los tiempos que he olvidado
todas las habitaciones en las que he dormido alguna vez
se parecen
por ejemplo:
las voces afuera de mi ventana son las mismas que atravesaban la carrera 5ta en las madrugadas de Bogotá
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quizá debería cambiar el sentido de mi cama
para que la cabecera no dé a la calle
pero me pasa lo mismo con las puertas
y con los closets
la manera en que se desliza una camisa de su gancho
es igual en Brooklyn o en Montelíbano
¿de dónde viene esta simultaneidad?
¿soy yo simultánea a mí misma?
¿o son los gestos de las cosas
o las cosas mismas
y su circunstancia
aparentemente inmóvil?
¿quién es responsable de este tiempo traspapelado?
¿en qué se parece
esta época de hospitales fétidos de tristeza
a los años en que mi abuela aún sabía mi nombre?
¿en qué
los hospitales y la casa familiar
donde un pasillo
era el futuro
o sea
la promesa
de una aventura
o sea
un monstruo
una habitación vacía
un niño desconocido asomado
a mi ventana con florecitas en los ojos?
me pasa que no sé muy bien dónde estoy
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3
me pregunto qué antecede a qué
la indefensión
o el hecho de que mi mamá
haya tenido esta mañana
que llevarme de nuevo al baño
y limpiarme la entrepierna
qué antecede a qué
la indefensión
o mi papá llevándome de la mano
como seguramente lo hacía
cuando aprendí a caminar
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4
apenas hoy pude escuchar las campanadas de la iglesia vecina
fueron 11 a las 11 de la mañana
cada una quedaba sonando por encima la otra
como los círculos concéntricos
sucedáneos a las gotas de lluvia
que caen en las represas
así debe moverse el tiempo, pienso
y lo que yo hago es imaginar el instante en que la gota cae al agua
en que el badajo pega al metal
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para ello
basta detenerse en las cualidades
de las ondas
que están en todas partes
por eso
el azul en las plumas de un cuervo
es igual al del tallo de una llama de fuego
Vicente en mi mano dice:
la vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer
en la ciudad solo se escuchan los buses que dejan la terminal
el resto del silencio es mi casa
©maría argel
acerca de la ilustración

Jeremy Herrmann es pintor.
Vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York.
Publica algunas de sus pinturas en su página jeremyherrmann.com
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La pieza aquí publicada fue hecha con crayolas y acrílico sobre papel.